hermeæ

En la Antigua Grecia, una herma (en griego antiguo ἕρμα /érma/) era un pilar rectangular de piedra, sobre el que se colocaba un busto, normalmente el del dios Hermes. Se empleaban como hitos o marcas para señalar y delimitar caminos y fonteras. También tenían una función apotropaica, es decir, de alejamiento de lo maligno, ya fuera espíritu, adversidad o enemigo. Con frecuencia presentan inscripciones con apotegmas y acertijos, además de con indicaciones relativas a la ruta, y a veces también con inscripciones en honor de quienes habían luchado por su país.
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